La excelencia

Creemos en lo que hacemos y por qué lo hacemos. En un mundo donde cada vez hay más modas llenas de insignificancia o artificialidad, nosotros queremos expresar nuestra verdad y nuestra tierra, a través de vinos libres, vinos salvajes.

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Porque lo verdaderamente importante no es lo que haces, sino cómo lo haces


Una tarea ardua e infinita

La pasión por nuestro trabajo nos lleva a la perfección como obsesión. El constante afán de mejora mediante la investigación son aspectos complicados pero que a su vez marcan la personalidad de GIL BERZAL.

Creemos en lo que hacemos y por qué lo hacemos. En un mundo donde cada vez hay más modas llenas de insignificancia o artificialidad, nosotros queremos expresar nuestra verdad y nuestra tierra, a través de vinos libres, vinos salvajes.

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Buscar la excelencia, es una tarea ardua e infinita que lógicamente tiene decisiones muy costosas para la bodega. Un ejemplo de ello son las colecciones Alma Pura y Bajo 0, que son vinos que solo salen en añadas muy especiales y que llevan detrás un gran trabajo de investigación y desarrollo. En el caso del Bajo 0, pudiendo llegar incluso a perder la cosecha por no darse las condiciones climáticas apropiadas. Otro claro ejemplo de nuestra excéntrica perfección son los rendimientos bajísimos de nuestras parcelas para otorgar un mayor aporte cualitativo, muy por debajo de lo que marca la denominación de origen calificada como calidad, o las costosas selecciones en el propio viñedo cepa a cepa o un largo etcétera.

La exigencia, la profesionalidad y la rigurosidad son valores que residen en Gil Berzal como la savia en la vid. Consideramos que son la manera primordial de alcanzar la excelencia.